Normandía es una de las trece regiones que, junto con los territorios de Ultramar, conforman la República Francesa, bordeada por el Canal de la Mancha. Es conocida por la operación Overlord, efectuada por los Aliados durante la penúltima guerra europea y que culminó con la liberación de Europa de la Alemania nazi.
El día D, hace 75 años, los aliados iniciaron un desembarco en las playas normandas con 150.000 soldados. La supremacía aérea anglo-norteamericana fue la clave para entender el éxito de la operación. Los aviones aliados destrozaron la mayor parte de los puentes sobre el Sena y el Loira, impidiendo que los alemanes pudieran mandar refuerzos.
Sin embargo, detrás de esta derrota del III Reich, hay mucha INNOVACIÓN. Para llegar al triunfo final, durante toda la Segunda Guerra Mundial, se generaron muchas ideas para intentar reducir el número de aviones derribados por los alemanes y los aliados analizaron, en cada caso, dónde sufrían más daños los aviones que eran capaces de regresar del combate.
Con ese trabajo de campo, su conclusión fue una solución sencilla: reforzar esas partes de la aeronave, puntas de las alas, timones y centro del avión, que eran los lugares donde había más impactos.
Pero un pionero del Big Data, un estadístico que trabaja para Defensa, Abraham Wald, realizó una propuesta disruptiva: reforzar los motores, la cabina y la parte trasera del avión. Como buenos innovadores nuestra primera pregunta es ¿por qué? La razón es simple como todo lo bueno. Los ingeniosos militares habían hecho sus estudios sólo con los aviones que lograban regresar.
Wald, sin necesidad de Inteligencia Artificial, pensó que los impactos tenían que ser homogéneos. Los aviones aliados que no regresaban eran derribados porque sufrían daños en zonas vitales como la cabina, los motores y la cola.
Usando de cabecera el método KaiZen de imita, en plena época de fake news, entendemos que la decisión de los mandos era errónea porque los datos estaban mal interpretados.
Para crear valor en nuestras empresas tenemos que invertir en información confiable que nos permita dejarnos llevar por esa Inteligencia intuitiva que, lejos de ser una aptitud y una habilidad como decía Malcolm Gladwel, nos permite rozar lo sobrenatural.
Entendamos la realidad en base a tomar conciencia de la información que tenemos y usarla del modo más adecuado para alcanzar nuestros objetivos y metas. Mis tres hijos, desde su más tierna infancia, se comunican conmigo sin necesidad de conocer la Gramática de la RAE.
Aprendamos con esa inteligencia intuitiva de los normandos, aquellos «hombres del norte» que llegaron a Britania jurando lealtad al rey francés Carlos III «el simple» y que, gracias a su espíritu vikingo, fueron capaces de EUROPEIZAR la isla cambiando para siempre el futuro del Reino de Inglaterra.
“Nuestro culto a la muerte es el culto a la vida, del mismo modo que el amor que es hambre de vida es anhelo de muerte”. (El laberinto de la soledad). Octavio Paz.
Alberto Saavedra
CXO at imita