Todos hemos escuchado el discurso fácil de “¿Por qué voy a cambiar si a mi me va bien?”, el argumentario disuasorio de “Siempre lo hemos hecho así” e incluso aquellas mentes más estratégicas y con pensamiento más global que lanzan las siguiente cuestión: ¿Por qué innovar en un mundo de cambio y evolución permanente?
Siempre tenemos muchas razones para decir que no a Innovar, a Cambiar, a Invertir. Desde esta tribuna que me ofrece imita me permito contestar a la pregunta que titula esta entrada con algunas motivaciones que nos pueden convencer para Innovar,
Innovamos…
para avanzar hacia nuestros objetivospara mejorar las actividades diarias
para buscar un empleo que nos apasione
para competir en un mundo globalizado
para diversificar nuestro negocio
para educar mejor a nuestros hijos
para diferenciarnos del resto
para aprender a ser Excelentes
para entrenar nuestro cerebro
para equipararnos a los que despuntan
para formar equipos humanos
para hacer dinero para invertir en felicidad
para lograr el cambio social que tanto necesitamos
para salir de la crisis permanente
para hacer frente a los cambios
para trascender en un mundo decadente
para triunfar desde nuestros límites
para generar nuevas oportunidades
para hacer crecer nuestras debilidades
para transformar lo que somos
y, sobre todo,
Innovamos para crear valor en nuestra compañia
Innovamos para conseguir el cambio que supone pasar de la idea a la acción
Innovar para pensar diferente y ser mejores profesionales
Y, cómo las palabras se las lleva el viento, vamos a poner aprendizaje en hechos reales que, el que suscribe, ha vivido en primera persona con corporaciones de Salamanca (nunca sospechosa de creatividad y riqueza industrial, hasta ahora), y propiciadas por personas que han sabido arriesgar, cambiar la mentalidad de su equipo y pensar (a veces también de una forma diferente). A mi humilde entender, son el vivo reflejo de una Sociedad que se mira en el espejo y exclama: «SI SE PUEDE Innovar».
Pongamos un sector que, a bote pronto, tiene actividad en toda la historia de la humanidad y que, por su propia esencia, puede albergar dificultades endógenas para desencadenar, de forma radical, su evolución, cambio o procesos naturales de Innovación: los Servicios de Limpieza. Para revestir este botón charro les propongo tres muestras:
La primera nace de un cura con una admirable vocación de servicio que se propone, en un barrio periférico de la ciudad, reconducir a personas desprotegidas por el Sistema en una labor que les lleve por el buen camino y les permita la subsistencia para sus familias. Su ocurrencia es la siguiente: montar una empresa de limpieza con un equipo sin experiencia en ese terreno y, para más creatividad empresarial, hombres de raza gitana (con todas los perjucios y prejucios que todavía existen en esta España nuestra) pero, por supuesto, con muchas ganas de trabajar, crecer y mejorar su situación. Después de una década de esta constitución insólita, la empresa prospera, es autosuficiente y está gestionada por las mismas personas que comenzaron el negocio sin ninguna tipo de intervención externa: Esto es Innovación en Personas.
Como segunda muestra menciono una empresa que conocí hace unos meses del sector, dedicada con especialización a “Limpiar y dar esplendor” a las Comunidades de Vecinos de la localidad. Sus propietarios, llenos de espíritu de renovación, buscaron hace unos años nuevos caminos de crecimiento y, desde la humildad, encontraron nuevos nichos de mercado. En la actualidad, trabajan con más clientes en Madrid y Málaga que en su provincia natal, compitiendo con empresas locales y grandes holdings del sector: Esto es Innovación Comercial.
Por último, reseñar a una empresa familiar, como casi todas las de nuestra región, constituida ya como grupo regional, que comenzó su andadura con servicios de limpieza a clientes minúsculos, siguió creciendo arriesgando tiempo, esfuerzo y dinero luchando por licitaciones públicas de esas que denominamos “nominales” y, no contentos con conseguir grandes proyectos a nivel de la Administración General del Estado, siguen creciendo y generando nuevos negocios en otros sectores vinculados a Servicios Sanitarios e incluso embarcándose en Proyectos de I+D+i al más alto nivel: Esto es Innovación por diversificación.
Como pueden observar, Innovar va desde lo simple a lo más complejo, según las necesidades de cada uno y dependiendo de los límites que se ponga (nunca limitaciones).
En este recién comenzado 2016 sólo le pido a los Reyes el mejor deseo profesional:
Que nos hagan llegar a todos el Regalo de la Innovación.
Alberto Saavedra
Socio Consultor