Probablemente, si Henry Ford le hubiera preguntado a la gente de su época lo que quería, le habrían pedido un caballo más rápido, ya que los coches de la época eran tan lentos que la policía de Nueva York detenía a los que excedían el límite de velocidad con las bicicletas.
Con el Ford T no generó un cambio tecnológico pero si una disminución radical de precios, gracias a la fabricación en serie, lo que permitió que un gran número de norteamericanos tuvieran, usaran y disfrutaran, al conducir, este nuevo modo de transporte. Innovación disruptiva en toda regla, lo que Christensen denomina “no clientes” había sido inventado. Gente que no había sentido la necesidad de tener un coche, en 1908 le crean la necesidad de comprarlo.
En esta cuarta revolución industrial, de todos es sabido que el sector de automoción lidera los procesos de innovación en España gracias a un aumento de más del 15% en I+D+i siendo uno de los grandes motores de la Economía española ya que genera el diez por ciento del PIB. Vivimos un momento de fusiones en el sector como las que se estiman van a cerrar esta semana PSA y General Motors con la compra de Opel. Como cantaba Fofó, «no nos importa porque llevamos torta». La Torta del Casar que supone ser el segundo fabricante de Europa y el primero en vehículos industriales y poder ponernos la vitola de ser el único que alberga en su territorio plantas de producción de todas las multinacionales.
Una de ellas, General Motors, quiere dejar Europa y fabricar sus coches en los sótanos de la Casa Blanca, probablemente influida por un dirigente político que desconoce por completo el sector de la automoción. No se le puede juzgar ya que tuvo la fortuna de criarse con nuestros queridos payasos de la televisión. Desde nuestra experiencia, le trasladamos una realidad: en este negocio de los coches las inversiones son a tres o cinco años como mínimo por lo que, aunque sea por unos años, seguiremos haciendo sus vehículos ya sea «made in Spain» o «made in México». Si Estados Unidos quiere hacer más fuerte la industria del país, su industria tiene que ser más corpulenta pero en apertura de miras y no de gatillo.
Desde imita le recomendamos hacer vigilancia, que no espionaje, industrial. Si quieren aprender cómo conseguir resultados sostenibles, que observen , por ejemplo, la apuesta española por la Innovación a través de la cooperación estratégica entre fabricantes y el sector de componentes que, no por casualidad, también lideramos con compañías como Gestamp, Grupo Antolin o Ficosa. Además en España existen una decena de Centros tecnológicos de primer nivel en Castilla y León, Pais Vasco o Cataluña o iniciativas tan pioneras como la primera aceleradora de Innovación de la automoción de España que nació el año pasado en Vigo (Business Factory Auto).
Las automovilísticas no se juntan ahora por necesidad, como en la época de crisis, sino que lo hacen para sobrevivir a la pérdida de masa crítica que les puede ocasionar la revolución digital que supone la conectividad. El coste de un coche en la actualidad se descompone en tres partes: un 35% la Electrónica, una tercera parte el Software y el resto los componentes que lo embellecen para, en algunos casos, ser parangón del status social.
Por este motivo, los ejecutivos del sector tendrán que ponerse el mono azul de faena para cambiar por completo su modelo de negocio: ya no girará en torno al producto sino que, impulsados por la minería de los datos que genera un vehículo durante su utilización, les llevará a crear un modelo disruptivo como proveedores de servicios que personalicen la experiencia de sus clientes durante su estancia en el auto..
Se pueden dar situaciones como que la matriz de Google, Alphabet (541.000 millones) o Apple (668.000) decidan meterse en el sector. A Volkwagen y General Motors con su raquíticos 60.000 millones de valor en bolsa, no les quedará otra opción que la unión para competir con los gigantes tecnológicos que podrían llevarse de un plumazo toda la masa crítica del sector gracias a su músculo financiero y su capacidad tecnológica.
El desafío de la nueva Industria 4.0 del Sector de la Automoción, será entoces crear vehículos inteligentes, fábricas interconectadas a través del Internet Industrial de las Cosas (I2OT) y analizar en tiempo real el diluvio de datos que se generen desde los coches.
Nos encontramos pues a las puertas de un cambio de paradigma del sector en el que la verdadera Innovación se dará por la Economía colaborativa, es decir, las fusiones, integraciones y alianzas estratégicas de ida y vuelta. Se buscarán acuerdos a corto plazo para compartir patentes, ahorrar costes y realizar diseño colaborativo. Esto ayudará a amortizar los costes de desarrollo tecnológico y se conseguirá el objetivo global de crear ciudades y entornos con una movilidad sostenible.
La Innovación, como decía Steve Jobs, diferenciará a las multinacionales de la automoción y la hará pasar de seguidores a líderes, al ser su esencia netamente tecnológica. En imita adoramos la disrupción pero, en automoción, entendemos que debe de ser un proceso de mejora continua e incremental y que, sobre todo, se hace con un cambio de actitud.
Conductas ejemplares como las de John Walsh que, a sus cien años, ha cerrado el ciclo de la Historia de la Innovación de Automóvil moderno ya que aprendió a conducir con un Ford T y ahora se ha comprado un Nissan Leaf, coche 100% eléctrico. Afirma con rotundidad que, si los coches eléctricos no se hubieran arrinconado en 1920 en favor de los de motor de combustión, además del dinero en combustible que personalmente se hubiera ahorrado, la atmósfera se habría ahorrado unos cuantos miles de trillones de toneladas de CO2.
Ahora Tesla puede cerrar el ciclo del abuelo John con un vehículo en el que la máquina lleva al conductor, con Tecnología Autopilot, innovación radicalmente opuesta a la concebida con el Ford T, pero que posee un vínculo casual en la marca con su predecesor, Tesla Modelo S, siendo diseñado para que personas como el Sr Walsh pueda conducir en carretera no sólo con más seguridad, sino también sin estrés, protegiendo el medio ambiente y, esperamos que, en un futuro, cuidarlo en caso de necesidad.