
Comparto con este autor la revolución de la conciencia que estamos viviendo en los últimos años que nos ofrece una concepción más profunda de lo que realmente somos. Es un nuevo humanismo basado en tres ideas fuerza: la mente inconsciente es la que hace la mayor parte del trabajo, el centro del pensamiento son las emociones por lo que debemos educarlas y, el hecho de que, somos animales sociales, no racionales.
Por ese motivo, a mi humilde entender, deberían existir Escuelas de Innovación Política en la que, los animales sociales que quieran dedicarse a tal noble profesión, desarrollen talentos importantes y destrezas no tradicionales como las siguientes:
- Visión mental (la empatía para entrar en la mente de los ciudadanos y aprender según sus emociones para compenetrarse con ellos).
- Aplomo equitativo (capacidad para detectar los sesgos y errores de la propia mente), dejando a un lado la vanidad y la soberbia de la excesiva confianza en uno mismo.
- Sabiduría de la calle ( el «medes» griego», esa inteligencia intuitiva de la que hablaba Gladwell o sensibilidad especial que nos permite captar cosas importantes).
A los políticos les pondría el reto de innovar su praxis desde la emoción. Parafraseando a Francisco Mora en su libro de Neuroeducación, les diría que «en Política, sólo se puede aprender aquello que se ama». Si los políticos aman al pueblo, sólo tienen que hacer una labor para desarrollar bien su vocación: APRENDER DEL PUEBLO, sin lugar a dudas, el mejor Maestro para aprender a gobernar. De otro modo, todos los valores y principios sólidos que hemos cimentado en cuarenta y un años de democracia, se disolverán creando una sociedad desencantada de haberse conocido.
Como en imita somos eminentemente pragmáticos y constructivos pongamos como muestra la foto adjunta. La instantánea fue tomada el pasado sábado en la fachada principal del Cuartel General de la Armada sito en la Calle Montalbán de Madrid que, para el caso que nos ocupa, posee una gran simbolismo para reflejar el momento político que nuestra sociedad está padeciendo.
Este singular edificio, es conocido como Casa de Godoy por ocupar D. Manuel el mismo cuando fue nombrado ministro de Estado. Posee una escalera monumental de acceso al Museo Naval y es el antecedente de los Nuevos Ministerios ya que albergó en su día el Ministerio de Gracia y Justicia. Mi hijo, en la fachada principal, lanza con ilusión su pelota amarilla para intentar alcanzar la bandera. La magia de la fotografía hace que ésta se quede prendada, a modo de bolla de rescate marítimo, en la soga que amarra nuestra insignia rojigualda.
Los políticos tienen que imitar en sus decisiones las actitudes del niño: ilusión, emoción y esperanza. Si embarcamos en la Política más sentido común, visión global y sumamos talento, nuestra Armada volverá a ser invencible.
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» – ¿Por qué está prohibido leer a Shakespeare?
– Porque es viejo.
– ¿Aun cuando sus obras son bellas?
– Sobre todo cuando son bellas. La belleza es atractiva, y no queremos que el pueblo se sienta atraído por las cosas viejas. Queremos que les gusten las nuevas.» Aldous Huxley («Un mundo feliz)