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REGRESO AL BASIC

Esta semana veía y escuchaba con atención plena, eso que los angloparlantes llaman mindfulness, una entrevista que María Helena Antolín, vicepresidenta del Grupo con el mismo apellido, ha ofrecido al portal «Reimagina el trabajo», en  la que se dan tres rasgos innovadores de los que nos congratulamos en y desde imita: mujer directiva con traje de chaqueta y pantalón en el sector del motor, empresa burgalesa como autopista de la innovación europea desde los años 70 y que descubre, con transparencia, que reimaginar es «volver a los básicos».

Obviamente, no se refiere a los básicos que arman un guardarropa o un fondo de armario con un determinado estilo. Se refiere a la transformación y el poder de lo simple para generar nuevas formas, nuevos modelos de negocio y oportunidades de innovación. La solución a la ruptura continua de los ejes de los camiones, no nació en el Grupo Antolín, por azar, del mismo modo que la pelota de Michael Jordan no entraba en la canasta por casualidad. Su éxito se basaba en fallar una y otra vez y en la causalidad de mejorar su técnica desde lo más sencillo: tirar una y otra vez a la cesta.

logos-with-hidden-symbolism-part-3-8Puede parecer una paradoja simplificar los métodos para conseguir innovación pero, para una PYME, es el único modo de conseguirlo por el riesgo y la incertidumbre que supone. Podemos comenzar con algo tan simple como tener una estrategia sencilla que no se deje llevar por las tendencias del mercado y que se base en comprender lo que la gente quiere o necesita. Sólo con eso, podemos descubrir oportunidades de innovación.

En otras ocasiones, solo tenemos que aplicar el sentido común (ese que es el menos común de los sentidos), para convertir lo simple en algo único. A primera vista, puede parecer un trabajo más arduo que utilizar una metodología compleja pero, si abrazamos lo simple, podemos convertir ese abrazo en algo irrepetible. Ese fue el modo de innovar de DELL cuando empezó a comercializar computadoras o la renovación reciente del nombre comercial de una conocida cadena de restauración, cuya prima ha sido siempre el ganado argentino y que esperamos que siga viniendo de la Pampa para deleite de nuestros paladares.

El éxito colateral de la metodología de los sencillo, es que podemos involucrar a todo nuestro equipo ofreciéndoles la oportunidad y la libertad de innovar para ofrecer a los clientes un servicio superior. Eso se demuestra en muchos de los casos de Innovación en Management o en casos concretos como el de la compañía Eggnovo, que es capaz de transformar las cáscaras de huevo para elaborar productos alimenticios y cosméticos.

La innovación es un camino que supone una conversación continua entre los directivos y sus equipos y requiere la implicación de todos sin distinción. Los niños, por ejemplo, con su mirada limpia de perjuicios y prejuicios, son capaces de conseguir la transformación de lo simple a lo genial. Esta evolución hacia el ingenio, queda paralizada en muchos profesionales que, estando dotados de ese talento al que hacen referencia las parábolas de Jesús de Nazaret, lo desarrollan como inteligencia y aptitud de tal forma que su potencial creativo queda irremediablemente mermado.

La INNOVACIÓN (con letras mayúsculas) necesita un ser creativo, un espíritu guía, como decían los romanos, que tutele la inspiración de la persona y logre, como expresaba el político Alphose de Lamartine, la creación original basada en tres parámetros: «la grandeza de propósito, la pequeñez de medios y la inmensidad de los resultados». No tenemos que tener muchos medios para capitalizar las oportunidades. Este es el caso del Grupo Antolín, que ha contado siempre con el elemento más valioso para innovar: trato directo con el cliente que permite conocer sus necesidades de primera mano.

Esta Metodología imita de la sencillez, la patenta un reciente descubrimiento de un niño inglés de trece años, Laurence Roo. Este preadolescente, probablemente teniendo en su memoria la versión británica del cuento de los siete cabritillos, ha encontrado una manera singular de proteger nuestra casa que, hasta la fecha, no me han ofrecido ninguna de la empresas de seguridad doméstica de nuestro país. Se llama Smart Bell y es tan sencillo como desviar el telefonillo a nuestro teléfono móvil añadiendo un ruido ambiental para que los presuntos ladrones piensen que estemos en casa. Obviamente, la utilidad del invento es muy variada y nos puede ofrecer nuevas «commodities», como por ejemplo, ir a recoger certificados a Correos o dar instrucciones para que nos dejen los paquetes de mensajería en alguna ubicación.

Esto demuestra que, en algunas ocasiones, la innovación pasa por nuestro lado y no somos capaces de apreciarla; sucede, como diría «El principito«, que es invisible a los ojos del Directivo. Si profundizamos en nuestra infancia con certeza, descubriremos que ésta ha sido nuestra etapa más creadora y considero que, en nuestro siglo XXI, es una lástima y una pérdida de valor y valía que los procesos educativos y académicos no pongan más énfasis en desarrollar el pensamiento creativo  de los niños, a sabiendas de que hoy en día, los mercados son tan imprevisibles como volátiles.

Volver a lo básico supone analizar nuestra Historia, lo que somos, para soñar lo que seremos. Verbigracia, todos recordamos con cariño y nostalgia aun pequeño pingüino con espíritu nacional (era de color rojo con la cara y el abdomen amarillo), un gorro de lana con pompón encima (originario del paraíso de Barriloche) y con un chupete colgado en el cuello (que nunca se ponía porque no callaba). Lo que no ha transcendido es que el creador de este personaje y de otros de muchísimo éxito es el almeriense Manuel García Ferré, muy reconocido fuera de nuestra tierra, sobre todo en la República Argentina donde tuvo su exilio por su «Auxilio a la Rebelión» y una de las primeras fugas de talento de nuestro país.

peteteIncogruente e injusto fue que toda su familia perdiera la nacionalidad cuando era un firme defensor de la legalidad democrática como lo demostraba en los diálogos de su hija Manuelita, su hijo Petete o su hermanastro porteño Hijitus, por lo que estos personajes universales se quedaron sin ser «made in Spain». Pero, en el ámbito de la innovación, en este creador observamos dos originalidades: recoger un personaje de revista y fusionar una Enciclopedia que le daba nombre «El libro gordo de Petete» con un programa audiovisual y usar un recurso para enseñar a los niños de una manera muy cercana y lineal: conversar con un muñeco de peluche. Cuentan los amigos del autor, que incluso en aquellos opacos tiempos, el gobierno chino tuvo interés en llevar El libro a aquel país, pero la diferencia de culturas le hizo rechazar la propuesta.

Reconociéndonos en otros personajes de nuestra cultura televisiva, cuando teníamos la gentileza del destino de no tener que elegir, nos centraremos ahora en las lecciones del Estratega Coco cuando nos explicaba, con genial simpleza, la diferencia entre Arriba y Abajo. Si miramos desde Abajo nos quedaremos en lo que somos, no creceremos ni mejoraremos y nos levantaremos cada día para buscar la ingrata supervivencia. Si subimos arriba divisaremos lo que supone aceptar la incertidumbre de innovar, la aventura de explorar nuevos productos y el riesgo de confiar en nuestras posibilidades.

En nuestros días, nuestros hijos han nacido con un personaje, cual holograma de un niño que nos enseña a ser creativos desde su corta edad y que es un investigador nato.  Su nombre es Pocoyó, creado, como bien es sabido, por la empresa española Zinkia que, a mi entender, es una vitola de innovación a pesar de los devenires mercantiles. Su éxito innovador radica en cautivar a los niños gracias a la sencillez de sus diálogos, a su imagen simple y, sobre todo, a la alegría, amabilidad y los colores llamativos de sus objetos siempre sobre un fondo blanco muy «appleliano«. Además, Pocoyó es un niño que siempre está feliz y se lo transmite en todos los capítulos a su compañeros. El trabajador ideal que todos los directivos querríamos  tener en nuestra plantilla.

En imita nos apasiona soñar que la innovación es una herramienta que puede esculpir a las personas y, por ende, transformar a las empresa pero es necesario dar un paso adelante y tener el valor de aceptar el riesgo que supone dejarse modelar.

«Quod natura non dat, imita praestat«, lo que viene a decir, Lo que la naturaleza no da, imita lo presta.

 

imita

 El Blog de imita te enseña, 
el blog de imita entretiene,
y yo te digo contento,
                                                                hasta la entrada que viene.
Alberto Saavedra
 Socio Director

www.imita.es

Visita nuestro BLOG: blog.imita.es

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