Si seguimos a Aristóteles, para que pueda haber justicia, tenemos que tener cuatro términos: al menos dos personas y dos cosas. El encuentro con lo justo está en la virtud y ésta en ese equilibrio de situarnos en el punto medio.
En nuestros tiempos modernos, este discurso lo corrobora un curioso estudio de Skoda en el que se analizan los hábitos de viaje de los británicos. Se les preguntó a un sesgo de personas con dos o tres hermanos y con «empleos de éxito«, en qué asiento viajaban cuando eran niños. El 90% que ocupaban puesto de Director confesaron que viajaban en el asiento del medio, el 75% de los emprendedores, también, y lo mismo sucedía con los que eran Administradores de empresas.
Si le pregunto a mis hijos qué silla quieren usar, en el asiento central no quiere ir ninguno. Sus hermanos les clavan los codos, yo le vigilo por el retrovisor y es donde hay menos espacio. Sin embargo, esta molestia pasajera, influye de forma positiva en su desarrollo cognitivo y en su personalidad.
Según los expertos, viajar en ese asiento en trayectos largos, permite a los niños asimilar los desequilibrios e injusticias de la vida, desarrollar la paciencia y, lo que es más importante, la capacidad de adaptación, pilares éstos de su desarrollo profesional.
Con la Innovación, como sucede con la Economía de la empresa, tenemos que buscar siempre ese punto de equilibrio entre lo moderno y lo sobrio, lo disruptivo y lo cómodo, lo radical y lo evolutivo. Como el niño del asiento del medio, debemos aceptar el fracaso como forma de aprendizaje y admitirlo en la justa medida en la que crece nuestro negocio.
Ese calvario lo han vivido el equipo de Miguel Ángel Panduro cuando, en el 2007, Defensa le ofreció desarrollar el primer satélite ibérico. Con todo listo en el 2014, un conflicto en la Federación Rusa, impidió el lanzamiento pero nunca tiraron la toalla y apostaron por la Lanzadera SpaceX y, del trabajo bien hecho, hoy PAZ nos contempla desde el cielo.
Cual Buda, debemos tomar siempre el camino del medio, el de la neutralidad, el que equilibra los opuestos, todo aquello que nos permite conectar con lo que somos, esa armoniosa melodía, como decía Bruce Lee, es la consideración más importante de la posición de guardia.
«Entre el deseo y la realidad hay un punto de intersección: el Amor». Octavio Paz.